Este Blog está diseñado como una herramienta para la toma de conciencia respecto a uno de los principales problemas sociales de los países en desarrollo.
Lo vivido en la niñez, marca para siempre...
TRABAJO EN LA FAMILIA
Trabajo en la familia: la tarea más común de los niños/as trabajadores en la ocupación agrícola y doméstica dentro de sus propias familias, y se dedican a ello desde bastante antes de alcanzar la edad escolar. Aunque puede resultar en parte beneficioso porque adquieren experiencia en la realización de tareas útiles que además les proporciona confianza en sí mismos y refuerza su vínculo familiar, sin embargo tiene como contrapartida las largas horas de trabajo que les impiden asistir a la escuela y disfrutar de sus derechos y pleno desarrollo.
TRABAJO EN LA CALLE
Trabajo en la calle: provocado por la urbanización rápida y la emigración, la naturaleza de su trabajo y el entorno en que se realiza es antihigiénico, peligroso, vejatorio y destructivo para su “normal” crecimiento y autoestima.
Para muchos de estos niños la calle se convierte en su casa, donde se las ingenian como pueden para conseguir dinero a costa de recibir agresiones, abusos y contraer todo tipo de enfermedades (sarna, tétanos, insolación, neumonía, malaria, intoxicaciones....).
MENDICIDAD INFANTIL
http://www.youtube.com/watch?v=8Mv-2m-Fw2g
La mendicidad es producto y consecuencia, entre otros factores, de la marginación económica. Aun siendo una actividad improductiva y parásita está inserta en el sector de la economía como la más residual y precaria.
La limosna constituye un fenómeno reproductor de la mendicidad, en tanto que posibilita un efecto continuista. Las personas que donan limosnas satisfacen la necesidad momentánea del mendigo, y, al mismo tiempo, favorecen su conciencia personal. En muchos casos, la limosna no es más que un remedio contra la “vergüenza ajena”. Se da limosna y se libera el remordimiento de conciencia.
Estimamos que muy comúnmente, en esa piedad del limosnero hay no poca hipocresía y siempre una concepción del mundo, según un tal orden preestablecido, que, “como pobre que no va nunca a dejar de serlo, hay que ayudarle” .
Los padres hacen profesionales a los hijos en el arte de la mendicidad, cumpliendo los menores una función de seducción sobre la actitud de los ciudadanos. La presencia de la mujer con niño es más elocuente, más sensible para el reclamo social de la limosna, por ello, la representación de las mujeres en el ejercicio mendicante es mayor que la de los varones. Esta desproporción que ya es importante en el caso de los payos se agudiza más aún en el caso de los gitanos, en los que la población masculina apenas participa en la mendicidad.
Los niños, últimas víctimas de la manipulación familiar, son el grupo sobre el que se sustenta la mendicidad organizada. Más del 60 por ciento de los mendigos españoles son menores de 16 años. El componente infantil en la mendicidad familiar es preponderante, es el elemento básico que activa la atracción de la limosna, por ello, se explota, especialmente, a los niños de edades comprendidas entre los dos y los cinco años, e incluso, a los niños en edad lactante pues facilitan más todavía la actitud lastimera.
La marginación y subdesarrollo infantil devienen de una marginación y subdesarrollo anterior, localizado en la familia. La problemática del menor es por tanto una problemática de raíz familiar y es en el grupo doméstico donde deben centrarse las medidas preventivas. Para ello, se hace menester superar las ideas del siglo XIX, que dieron lugar a las quejas lastimeras; tan simples y estériles, como aquellas de la copla que oímos cantar en la niñez: “Pobre mujer, me das pena / cuando me pides limosna, / teniendo un niño en los brazos / que, mientras tú pides, llora. / Mientras tu pides él llora, / diciéndote de continuo, / que antes de pedir por ti, / antes pidas por tu hijo”.
/www.youtube.com/watch?v=jhJmPjVhB7U&feature=related
En la situación de paro elevado y prolongado que sufre nuestro país, la mendicidad se ha reproducido con rapidez generando unos niveles de actividad entre cuatro y seis veces mayores que los existentes a finales de la década de los 90, si bien es necesario advertir que los grupos mendicantes son nómadas, dispuestos a desplazarse a cualquier lugar, con un sentido de la provisionalidad muy fuerte.La limosna constituye un fenómeno reproductor de la mendicidad, en tanto que posibilita un efecto continuista. Las personas que donan limosnas satisfacen la necesidad momentánea del mendigo, y, al mismo tiempo, favorecen su conciencia personal. En muchos casos, la limosna no es más que un remedio contra la “vergüenza ajena”. Se da limosna y se libera el remordimiento de conciencia.
Estimamos que muy comúnmente, en esa piedad del limosnero hay no poca hipocresía y siempre una concepción del mundo, según un tal orden preestablecido, que, “como pobre que no va nunca a dejar de serlo, hay que ayudarle” .
Los padres hacen profesionales a los hijos en el arte de la mendicidad, cumpliendo los menores una función de seducción sobre la actitud de los ciudadanos. La presencia de la mujer con niño es más elocuente, más sensible para el reclamo social de la limosna, por ello, la representación de las mujeres en el ejercicio mendicante es mayor que la de los varones. Esta desproporción que ya es importante en el caso de los payos se agudiza más aún en el caso de los gitanos, en los que la población masculina apenas participa en la mendicidad.
Los niños, últimas víctimas de la manipulación familiar, son el grupo sobre el que se sustenta la mendicidad organizada. Más del 60 por ciento de los mendigos españoles son menores de 16 años. El componente infantil en la mendicidad familiar es preponderante, es el elemento básico que activa la atracción de la limosna, por ello, se explota, especialmente, a los niños de edades comprendidas entre los dos y los cinco años, e incluso, a los niños en edad lactante pues facilitan más todavía la actitud lastimera.
La marginación y subdesarrollo infantil devienen de una marginación y subdesarrollo anterior, localizado en la familia. La problemática del menor es por tanto una problemática de raíz familiar y es en el grupo doméstico donde deben centrarse las medidas preventivas. Para ello, se hace menester superar las ideas del siglo XIX, que dieron lugar a las quejas lastimeras; tan simples y estériles, como aquellas de la copla que oímos cantar en la niñez: “Pobre mujer, me das pena / cuando me pides limosna, / teniendo un niño en los brazos / que, mientras tú pides, llora. / Mientras tu pides él llora, / diciéndote de continuo, / que antes de pedir por ti, / antes pidas por tu hijo”.
INDUSTRIA Y PLANTACIONES
Industria y plantaciones: Realizan todo tipo de trabajos en la mayoría de los casos en condiciones infrahumanas, con las mínimas medidas de seguridad e higiene y con altísimo índice de peligrosidad; muchos trabajos industriales les lleva a contraer enfermedades como la tuberculosis, bronquitis y asma, mientras en las plantaciones agrícolas están expuestos a mutilaciones, mordeduras de insectos y serpientes, y transportan cargas superiores a sus capacidades.
EXPLOTACIÓN SEXUAL
Explotación Sexual: Su daño físico o psíquico hace que sea una de las formas más duras de trabajo infantil. Al año, miles de niñas son captadas para el sexo comercial. Algunas agencias de viaje se han especializado en el turismo que se denomina de “alterne” o “sexual”.
La explotación sexual es una actividad ilegal mediante la cual una persona (mayoritariamente mujer o menor de edad) es sometida de forma violenta a realizar actividades sexuales sin su consentimiento, por la cual un tercero recibe una remuneración económica.
Este delito está vigente hoy en día en todos los rincones del mundo favoreciendo así la trata de personas, principalmente mujeres, mediante el cual redes de criminales secuestran a niñas y las explotan hasta que no resultan atractivas sexualmente.
Las ONGs luchan por defender los derechos de estas mujeres tratadas como objetos y que sufren física y psíquicamente este tipo de torturas. Sin embargo, se calcula que más de 2.000.000 de mujeres y niñas son explotadas sexualmente en todo el mundo.
El Día Internacional contra la explotación sexual es el 23 de septiembre.
Una variación de la explotación sexual infantil es el abuso sexual infantil. En esta modalidad los niños no son comercializados, más sin embargo son objeto de todo tipo de vejámenes por parte de pedófilos...
Adultos enfermos, amparados en su poder sobre los niños, los utilizan como objetos para satisfacer sus instintos más oscuros...
SERVIDUMBRE
Servidumbre: es una fórmula cercana a la esclavitud mediante la cual ofrecen el trabajo sin descanso de sus hijos a cambio de crédito o ínfimas sumas de trabajo. En muchos casos la deuda contraída no se salda ni con toda su vida de trabajo.
La esclavitud es mas dura que la servidumbre. Esta impone un yugo; aquella una cadena. La servidumbre oprime la libertad, la esclavitud la destruye.
En aquella no tiene el hombre nada suyo; en esta el hombre es todo de otro. Reducido uno al estado de servidumbre queda como inferior á la especie humana, y en la esclavitudabatido hasta la condicion de los animales domésticos. La servidumbre humilla; la esclavitud embrutece.
En resumen, la esclavitud es la mas dura de las servidumbres. Bajo este concepto, la servidumbre indica particularmente el estado ó la condicion del que está sujeto á servir á otro, trabajando á favor suyo, y vivir para provecho del amo ó del señor. La palabraesclavitud significa que no está libre, ó que está encadenado. Así, pues, la esclavitud es en todos sentidos contraria á la libertad personal. Esta palabra indica propiamente el estado desdichado del hombre despojado de sus derechos sagrados, y la otra la condicion servil del hombre sacrificado á los intereses de otro.
SERVICIO DOMÉSTICO
El 90% son niñas. Son los más olvidados del mundo, quizá los más vulnerables y explotados, y los más difíciles de proteger. Son explotados y degradados por las familias a las que sirven y sufren la soledad, incomprensión y malnutrición como pago por su trabajo.
http://moralyluces.wordpress.com/2008/06/14/esclavitud-infantil-domestica/
La esclavitud infantil en forma de servicio doméstico se ha colado en los hogares de algunos países de la Unión Europea. Según un estudio deSave The Children, en Francia y el Reino Unido “niñas africanas son obligadas a trabajar como esclavas domésticas”.
Aunque “no hay constancia en la actualidad de fenómenos de esclavitud doméstica infantil en nuestro país”, advierte la ONG, “sí hay voces de alarma sobre la posibilidad de que la práctica de las ‘petites bonnes’ (pequeñas criadas) sea importada” a España, desde Marruecos, por parte de familias de inmigrantes procedentes de ese país.
El informe Esclavos puertas adentro, las peores formas de trabajo infantil doméstico, afirma que “actualmente hay 218 millones de niños y niñas trabajadores en el mundo, con edades comprendidas entre los 5 y los 17 años”
“Más de la mitad de ellos, unos 126 millones, realizan trabajos peligrosos y unos 8 millones y medio están atrapados en las peores formas de trabajo ilegal, degradante y peligroso, en condiciones consideradas como esclavitud”, añade el informe de Save the Cildren, que “llama a la acción inmediata y concluyente para combatir la esclavitud infantil”.
Las formas más frecuentes de esclavitud infantil son ocho: trata infantil, explotación sexual con fines comerciales, trabajo infantil forzoso por endeudamiento, trabajo forzoso en la mina, trabajo forzoso en la agricultura, niños soldado, matrimonio infantil forzoso y esclavitud doméstica.
Niños sirvientes domésticos: 40 millones
El informe de la ONG se refiere especialmente a los “alrededor de 40 millones de niños y niñas que son sirvientes domésticos en todo el mundo“, de los cuales “cerca de 10 millones de niñas, niños y adolescentes, muchos con apenas 10 años o incluso menos, trabajan ‘ocultos’ en las viviendas de sus empleados“.
Save the Children considera que “la violencia a la que se enfrentan estos niños a menudo permanece oculta e ignorada“, debido a que socialmente se considera que el trabajo infantil en el hogar representa una ocupación en cierta manera inofensiva y que “sus empleadores ejercen toda una labor de caridad y filantropía frente a estos niños y sus familias al proporcionar techo y comida”.
Sin embargo, “el trabajo infantil es inaceptable y los gobiernos deben actuar para eliminarlo y para rescatar a los niños tan pronto como sea posible“, denuncia la ONG.
Estos niños viven en condiciones que incluyen amenazas físicas, violencia sexual o pobreza crónica dentro de la familia “a la que pertenecen” y para la que trabajan. Están obligados durante años a trabajar largas jornadas de hasta 18 horas diarias.
Explotación de niños en Francia
Con referencia a Europa, el informe de Save the Children advierte de que la explotación de niños trabajadores domésticos “no sólo está presente en el Este de Europa, sino también en países de Europa Occidental, como Francia o Reino Unido“.
En estos dos países, “niñas africanas son obligadas a trabajar como esclavas domésticas“, añade.
El Comité Contra la Esclavitud Moderna estima que “posiblemente haya miles de niños que se encuentran en una situación de esclavitud doméstica en Francia“, denuncian los responsables del estudio.
Los niños son traídos a Francia entre los 7 y 15 años y, aunque entran con un visado de turista, lo más común es que estén incluidos en los pasaportes de sus empleadores, inmigrantes adinerados de su mismo origen, bajo la identidad de sus hijos.
“Muchos de ellos viven en las grandes ciudades como París, donde es más difícil para las autoridades intervenir eficazmente”.
La mayoría de esos menores “cuidan a los niños de la ‘familia’, a veces hasta 10 niños a la vez. Son sistemáticamente objeto de discriminaciones, carecen de una habitación propia, y a veces se ven obligados a alimentarse de las sobras de la comida de sus empleadores“, revela el informe.
Reino Unido: esclavos domésticos
También al Reino Unido llegan centenares de niños a través de redes especializadas, concretamente desde países africanos como Nigeria, Ghana y Uganda, donde las familias “reciben dinero a cambio de sus hijos” o son convencidas de que sus hijos “recibirán una buena educación“.
Pero, una vez en territorio británico, “niños de a veces tan sólo 10 años se encuentran forzados a trabajar como esclavos domésticos o a prostituirse“.
“Un tercio de todos los niños víctimas de trata en el Reino Unido es africano. ‘Son los niños invisibles’ que pasan por la policía, inmigración y servicios sociales, sin ser percibidos“, concluye esta parte del informe.
CLASIFICACIÓN DE LA EXPLOTACIÓN INFANTIL
Clasificación:
Servicio doméstico
Industria y plantaciones
Trabajo en la calle
Trabajo en la familia
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